domingo, 23 de noviembre de 2014

Don Juan Tenorio

Allá lejos en las tenebrosas montañas de Transilvania vivía Don Juan en la penumbra de un castillo. Solo vivía con una obsesión lo que le llevó a secuestar a su amada Doña Inés inocente y desconocedora de la terrorífica vida que rodeaba a Don Juan. En la fría cripta donde Doña Inés estaba retenida Don Juan se dispuso a manifestar su amor rodeándola entre sus brazos y con Doña Inés aterrada la empezó a decir:

Cálmate, y reposa aquí un momento
olvídate de tu triste vida y disfruta conmigo la eternidad.                                                          ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
en los oscuros bosques
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa con temor
el castillo del terror
que espera cantando la noche,
Esa armonía que el viento
recoge entre esos imponentes abetos
que agita con manso aliento,
ese terrorífico acento
con que trina el búho
de sus copas morador
llamando a la cercana noche,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están filtrando insensiblemente
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
En ese momento Don Juan hincando sus afilados y blancos colmillos en el pálido cuello de Doña Inés la hace suya para toda la eternidad.

1 comentario:

  1. Tengo que reconocer que hay poco texto que sea completamente original tuyo, que no sea de Zorrilla, quiero decir, pero al menos está hecho, y eso cuenta. En este texto tan solo observo que tienes un pequeño conflicto con las comas, o más bien una guerra declarada, porque te niegas a utilizarlas dentro de una oración para obligar al lector a hacer pausas, o para indicarle amablemente dónde ha de tomarlas para que lea tu texto con tranquilidad, sin apabullarse. Fíjate en la forma en que se puntúa cuando lees y acostúmbrate a emplearlas, piérdele ese miedo.

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